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Foto del escritorRodolfo Arsento

Sible 2

Sible

una fixion reparadora


Año 115 - Nº 2

el 115 resulta de 70 DC -cuando el tiempo se detuvo- hasta 1974 cuando según VALIS continuó hasta nuestros días

¿y parece que continúa?


Autor/editor: Rodolfo Arsento


Entre lo posible y lo imposible está lo real del sible

esa parte común que tienen lo posible y lo imposible

aunque resulte inasible.


El sible sin lugar a dudas es una ficción, como la realidad;

esa que nunca sabremos si es o no es.


El sible también es una fixión que viene a reparar -o al menos lo intenta-

esa falla del sistema como ese déjà vu de la Matrix

que nos advierte que no siempre todo es como parece.

Evidentemente con un sible de estas características el servicio técnico es indispensable.

¡Llame ya!


Palabra de Dick

Este ¿artículo? tiene la siguiente estructura: primero la palabra original en inglés, aunque en inglés no exista, la posible “traducción” o adaptación al castellano y algunos comentarios al respecto, solo eso.


kipple basugre entropía doméstica


sible artefacto que cuando se rompe hay que llamar al servicio técnico


prox / proxitas los que ganaron la guerra contra los terrícolas ¿o era al revés?


planta wug planta originaria de Marte


fnools o fnuls graciosos invasores extraterrestres que pueden adquirir distintas formas


piel de wub cuero de un animal marciano entre chancho y vaca algo muy duro ¿ inapropiado para encuadernar libros ?


De rerum Natura (Lucrecio) si pudiéramos leerlo sabríamos cuál es la verdadera naturaleza de las cosas


Juez Escatológico, es el que vendrá a juzgarnos

¿ al final de los tiempos o ya ha llegado ?


Vienen bien, son apropiadas aquí algunas palabras del comité invisible:


Y la guerra apenas ha comenzado

A los niños perdidos

En el gran cuerpo social del Imperio, en el gran cuerpo social del Imperio que tiene la consistencia y la inercia de una medusa varada, en el gran cuerpo social del Imperio que es como una enorme medusa varada con toda su redondez sobre toda la redondez de la Tierra, se han plantado electrodos, centenares, miles de electrodos, un número increíble de electrodos.

De tipos tan diversos que incluso ya los hay que ni parecen electrodos.

Esta el electrodo Tele, por supuesto, pero también el electrodo. Dinero, el electrodo Farmacéutica y el electrodo. La jovencita es un agente de animación en la gestión dictatorial de los placeres” “La jovencita es toda la realidad de los códigos abstractos del espectáculo” “La jovencita es una mentira de la que el rostro es el apogeo”

La jovencita muchas veces padece de vértigo, cuando el mundo deja de girar a su alrededor”

Como el dinero, la jovencita es equivalente sólo a ella misma”

La jovencita no envejece, se descompone”

Por medio de estos miles, estos millones de electrodos, de naturaleza tan diversa que he renunciado a contarlos, se mantiene el encefalograma plano de la metrópolis imperial.

Por estos canales, imperceptibles para la mayoría, se emiten sin pausa las informaciones, los cambios de ánimo, los afectos y contra-afectos susceptibles de prolongar el sueño universal. Y notad que paso por alto todos los dispositivos de captura agregados a estos electrodos, sobre todo periodistas, sociólogos, policías, intelectuales, profesores y demás agentes de un incomprensible voluntariado al que se le ha delegado la tarea de orientar la actividad de los electrodos.

Es conveniente mantener un cierto nivel de angustia con el fin de preservar la disponibilidad general a la regresión, el gusto por la dependencia.

No por casualidad se difunde en el momento oportuno tal o cual sentimiento de terror, de conformismo o de amenaza. Nadie debe librarse de esta posición infantil de pasividad hastiada o pendenciera, de saciedad entumecida o de reivindicación quejosa que produce el malvado murmullo de la incubadora imperial.

Se dice “el tiempo de los héroes ha pasado”, con la esperanza de enterrar junto a él toda forma de heroísmo. El sueño de la época no es el buen sueño que procura el descanso, sino más bien un sueño angustiado que os deja más exhaustos todavía, deseosos solamente de volver a él para alejaros un poco más de la irritante realidad. Es la anestesia que requiere una anestesia aún más profunda.

Aquellos que por suerte o por desgracia se sustraen al sueño prescrito, nacen a este mundo como niños perdidos.

¿Dónde están las palabras, dónde la casa, dónde mis antepasados, dónde están mis amores, dónde mis amigos? No existen, mi niño. Todo está por construir. Debes construir la lengua que habitarás y debes encontrar los antepasados que te hagan más libre. Debes construir la casa donde ya no vivirás solo. Y debes construir la nueva educación sentimental mediante la que amarás de nuevo. Y todo esto lo edificarás sobre la hostilidad general, porque los que se han despertado son la pesadilla de aquellos que todavía duermen.

Aquí prevalece la regla de no-actuar, que se expresa así: la fecundidad de la acción verdadera reside en el interior de ella misma; podría decirlo de otro modo, podría decir: la acción verdadera no es un proyecto que uno realiza, sino un proceso al cual uno se abandona.

Quien actúa, actúa hoy como niño perdido.

La errancia gobierna este abandono. Vagamos. Vagamos entre las ruinas de la civilización; y precisamente porque se encuentra en ruinas, no nos será dada la posibilidad de enfrentarla. Es una guerra bien curiosa esta en la que nos hallamos comprometidos. Una guerra que requiere que se creen mundos y lenguajes, que se abran y ofrezcan lugares, que se constituyan hogares, en medio del desastre.

Existe esa vieja noción, bolchevique y, ciertamente, un poco frígida: la construcción del Partido.

Creo que nuestra guerra es la de construir el Partido o, más bien, la de dar un contenido nuevo a esa ficción despoblada.

Una sociedad que ha agotado el conjunto de sus posibilidades vitales tiene buenas razones para juzgar como “terrorista” todo aquello que se experimente más allá de ella.

Charlamos, nos besamos, preparamos una película, una fiesta, una revuelta, encontramos un amigo, compartimos una comida, una cama, nos amamos, en otras palabras: construimos el Partido.

Las ficciones son cosas serias. Necesitamos ficciones para creer en la realidad de lo que vivimos. El Partido es la ficción central, la que recapitula la guerra en curso.

Quien se exilia, exilia; el extranjero que parte se lleva consigo la ciudad habitable.

No puede ser más que el fin de un mundo, avanzando. Los padres desaparecieron en primer lugar. Se fueron a la fábrica, a la oficina. Luego fueron las madres las que, a su vez, partieron a la fábrica, a la oficina. Y cada vez no eran los padres o las madres los que desaparecían, sino un orden simbólico, un mundo. El mundo de los padres desapareció en primer lugar, luego lo hizo el de las madres, el orden simbólico de la madre, que hasta entonces nada había logrado socavar. Y esta pérdida es tan incalculable y el duelo por ello tan enorme, que nadie consiente hacerlo.

El Imperio resume el deseo de que un neo-matriarcado tome mecánicamente el relevo del difunto patriarcado. Y no hay revuelta más absoluta que aquella que desafía esa indulgente dominación, ese poder cordial, esa empresa maternal. Los niños perdidos son los huérfanos de todos los órdenes conocidos. Bienaventurados los huérfanos, el caos del mundo les pertenece.

Lloras por lo que has perdido. Lo hemos perdido todo, en efecto. Pero mira a nuestro alrededor, hemos ganado hermanos, hemos ganado hermanas, tantos hermanos y tantas hermanas.

Ahora, sólo esta nostalgia nos separa, y eso es algo inédito.

Caminas, estás perdido; no encuentras en ningún lugar la medida de tu valor; caminas, y no sabes quién eres y no tienes valor, como el primer hombre.

Vas por los caminos.

Pero si no estuvieses tan perdido, no llevarías en ti esta fatalidad de encuentros.

Huyamos, ya es la hora; pero te lo ruego, huyamos juntos.

Fíjate en nuestros gestos, la gracia que nace en el interior de nuestros gestos; fíjate en nuestros cuerpos, cómo se intercambian con fluidez, cuánto tiempo hacía que no se abatía sobre el mundo tanta gratuidad.

No hemos dejado este mundo.

Aún hay envidia, estupidez, el deseo de ser alguien, de ser reconocido, la necesidad de valer algo y, peor aún, la necesidad de autoridad. Son las ruinas que el viejo mundo ha dejado en nosotros y que no hemos abandonado. A la luz de ciertos proyectores, a veces nuestra caída nos produce la sensación de una decadencia.

¿Adónde vamos?


fuente: revista Tiqqun

http://www.bloom0101.org/tiqqun.html





Pkd y Big Data

Ministerio de Artefactos Culturales

¿ la cultura es un artefacto para someter a los pueblos ?

me parece que sí



¿ La realidad es lo que vemos ?

Sin lugar a dudas NO.

La realidad siempre será otra cosa y fundamentalmente algo que desconocemos y desconoceremos, algo inasible

mientras vivimos este sueño

esta Matrix

donde no sé si hay pastilla

roja o azul ?

Ya no recuerdo cuál era cuál !


Quizás el efecto no dependa de la pastilla

sino de la intención de quien la toma.




Estimado Timothy Archer


No sé quién es ni quién será Ud.

pero le escribo para decirle

que la transmigración

es algo peligroso.

Por favor

no lo intente

al menos mientras esté vivo.

Gracias

suyo

un lector (de códigos de barra y QR)



¿ Y Ud quién es ?

una vez un psiquiatra me preguntó, a lo que respondí:


¡ Qué buena pregunta ! soy Rodolfo Arsento


Y él me dijo: yo creo que Ud es una máquina o un programa; a lo que le respondí:

Es probable, pero una máquina o un programa instalado en un cuerpo vivo, quizás todos somos un poco híbridos: programas, palabras, historias instaladas en cuerpos vivientes, como VALIS.


Ahh... y por cierto, todas y todos distintos por eso tenemos un nombre propio.



PKD es un creador

un creador de neologismos

como todo genio

y como todo loco también

por eso está la sección

Palabra de Dick

donde se reflejan

algunos de ellos

y se intentan explicar

explicar lo inexplicable

y como dice el comité invisible

debes construir la lengua que habitarás

como un niño

un niño perdido

como un niño perdido

sigo escribiendo

y espero

encontrarte



Escribir no significa convertir lo real en palabras

sino hacer que la palabra sea real

Augusto Roa Bastos


Parafraseando a Roa Bastos

digo:

Escribir no es convertir lo real en palabras

escribir es crear otra realidad



Lo único que ha progresado

es el capitalismo

antiecológico

beligerante

y suicida



Sible una posibilidad de expresión de lo imposible


Rodolfo Arsento

Autor / Editor


PD: espero que haya colaboraciones artículos que alguien quiera escribir y que podamos publicar juntos, desde ya muchas gracias rodolfoarsento@hotmail.com

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